El sábado 21 de Mayo de 2016 se jugó en el polideportivo de Sound Bay la final del torneo de microfútbol que organizó Erika Stephen Quesada y Jonás James, quienes son unos apasionados por el deporte; buscaban con este campeonato unir a los jóvenes de este sector en una forma de recreación sana creando un espacio de esparcimiento en ellos.
Al llamado de los organizadores acudieron ocho equipos conformados por muchachos de esta zona de la isla, hasta los trabajadores de un hotel cercano participaron. Aquí la idea principal era buscar la entretención de las personas del sector por eso no hubo ningún tipo de restricción en cuanto a las edades de los jugadores.
En la final se encontraron el equipo del Rancho con Hophie, ambos accedieron hasta este punto del campeonato tras ganar sus respectivas llaves de manera muy reñida y luchada, el cuadro suéter amarillo (El Rancho) eliminó a Sound Bay en un partido muy difícil, el cual terminó con un marcador de 4-3, mientras que el conjunto con indumentaria azul cielo (Hophie) dejó por fuera a Ground Road.
En la final ambos equipos entraron con cierto nerviosismo ninguno quería brindarle espacios a su rival, sin embargo el marcador lo abrió el quinteto del Rancho por medio de Mauricio Vanegas, un muchacho con linaje bogotano que dominaba con mucha facilidad las técnicas del microfútbol, en sus pies estuvo la creación de varias jugadas que terminaron en gol para su escuadra, sin embargo faltando poco minutos para terminar el encuentro Hophie se encontraba arriba en el resultado ganando 4 a 3, aunque el partido estaba abierto y cualquier cosa podía pasar desde el empate, hasta aumentar la ventaja para quienes iban ganando, por eso en cada choque los jugadores se sacaban chispas y poco a poco los ánimos se caldeaban tanto en el terreno juego como en las tribunas, mientras que el árbitro no hacía nada para controlar los conatos de fuego en el campo, hasta que una falta en el centro de la cancha desató una pelea que provocó una batalla campal en la que se involucraron jugadores y aficionados bajo la mirada atónita del referí David Hernández, quien se tomaba la cabeza al ver los puños y patadas por doquier.
Si bien la fiesta deportiva organizada por Erika Stephen Quesada no concluyó con éxito por culpa de unos desadaptados, ella debe seguir manteniendo este tipo de iniciativas con las cuales busca desapartar a los jóvenes que se encuentran vulnerables a distintas actividades que los alejan de un buen actuar para la sociedad, en Colombia se han creado programas como “Va jugando” para atender de manera adecuada los conflictos en los adolescentes a través del fútbol callejero.